La creciente presión sobre el suelo debido a la explosión demográfica registrada en muchos lugares del continente, puede conducir a la degradación del mismo, disminuyendo el rendimiento de los cultivos y generando invasión de arvenses difíciles de controlar, una de las alternativas para frenar este proceso es la explotación de la tierra a través de sistemas agroforestales. La sostenibilidad de un sistema de producción corresponde a su capacidad para satisfacer las necesidades siempre en aumento de la humanidad sin afectar, y de ser posibles, el recurso base del que depende el sistema.
La mayoría de las estadísticas disponibles que predicen impactos climáticos sobre la agricultura campesina son aproximaciones muy burdas que no toman en cuenta la heterogeneidad de los ancestros, ni la diversidad de estrategias que campesinos han utilizado y aun utilizan para enfrentar las amenazas de la naturaleza. Alrededor del mundo muchos agricultores tradicionales han respondido a estas condiciones climáticas cambiantes, demostrando innovación y resiliencia frente al cambio climático. Un gran número de agricultores tradicionales poseen lecciones para aquellos agricultores modernos, frente a ello expertos sugieren que el rescate de los sistemas tradicionales, de manejo, en combinación con el uso de estrategias agroecológicas, pueden representar la única ruta viable y sólida para incrementar la productividad, la sostenibilidad y el buen manejo socioeconómico y financiero del peculio cafetero colombiano.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para el año 2013, señala a Colombia como el tercer productor mundial de café después de Brasil y Vietnam ,teniendo una participación del 5.97%. A nivel nacional según cifras reveladas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) en el 2013, el café tuvo una participación del 23 % en el PIB (Producto Interno Bruto) agrícola, con el 13 % en el PIB Agropecuario y con un 2.3% de participación en el PIB nacional. El departamento de mayor área sembrada y mejor producción es Antioquia, el de mayor rendimiento es el Huila. Cundinamarca tiene una participación del 15.5 % del área total productiva nacional, del 8.6 % de la producción nacional y registra un rendimiento del 0.8 toneladas por hectárea, frente al rendimiento nacional que es de 1.2 toneladas por hectárea.
Lo anterior se convierte en punto de partida para determinar una alternativa estratégica sostenible de los agroecosistemas productivos integrales, donde la producción de los recursos vegetales basados en criterios de protección y conservación de la diversidad en todos sus roles, permita incorporarlos en cada uno de los diferentes procesos de producción e investigación. Por tal razón tengo un interés de afrontar este gran reto cuya problemática se asocia básicamente al cambio climático con el sistema de producción del café, me vinculo a esta propuesta académica, con el fin de que el departamento de Cundinamarca obtenga alternativas científicas y tecnológicas que favorezcan su desarrollo y el de su población, contribuyendo así de una buena forma a esa economía campesina cafetera que tanto lo ha necesitado.
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